quarta-feira, 20 de agosto de 2008

O que diz o Olé do El Clarín....

Que corre como poseído, todo el mundo lo sabe. Que tiene la resistencia de un maratonista, nadie lo duda. Que es el equilibrio de la Selección (Mayor o Sub 23), la mayoría se lo reconoce. Pero que haga expulsar rivales es toda una novedad. "Sí, es raro que me peguen a mí", reconoció Javier Mascherano. Sonrisa contagiosa, el volante mostró ayer una faceta distinta. Con el 3-0 clavado en las piernas y mentes de los jugadores brasileños, el Jefe encaró dos veces y lo maltrataron. Dos rojas indiscutibles por frenar a un volante mixto, la síntesis de la impotencia brasileña. "Brasil no respeta su historia. Hace rato que no lo hace", le tiró un cortito al rival. Y explicó: "Sabíamos que nos iban a jugar así y que el partido iba a ser muy cerrado".La primera expulsión fue a los 36 del segundo tiempo, cuando Mascherano cortó en su campo y metió quinta. Lucas, compañero suyo en el Liverpool, lo corrió desde atrás durante 15 metros hasta que lo bajó de un guadañazo. Afuera. Apenas tres minutos después, Masche se quedó con un rechazo de Di María y volvió a ir para adelante a pura velocidad. ¡A seis minutos del final aceleró como si recién empezara el partido! Esta vez, su aventura duró apenas unos pasitos, ya que Thiago Neves le metió una zancadilla. Otro cartón rojo en el aire y clásico completo: goleada y mojada de oreja. "Realmente un 3-0 a Brasil no es cosa de todos los días. Esto nos pone muy contentos", afirmó el santafesino de 24 años.También explicó la estrategia previa y el porqué de un primer tiempo de estudio. "No queríamos que nos pasara lo mismo que en la Copa América. No debíamos regalar espacios. Después abrimos el marcador y todo se hizo más sencillo", aseguró.Con un récord al alcance de sus pies (ver Desafía...) no quiere desviar el objetivo: "Lo importante es llevarle la medalla dorada a la gente de Argentina".

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